Luego de celebrar el día del Ingeniero de Petróleos, debemos retomar un tema que aqueja a nuestro país, y es la posible pérdida de la autosuficiencia de hidrocarburos a corto plazo, ya que como todos sabemos, las reservas actuales lo mantienen en un margen de maniobra muy limitado, de menos de 6 años; y nuestra mayor responsabilidad como profesionales de la industria es incrementar este periodo en la forma más efectiva y responsable, teniendo en cuenta las implicaciones negativas no sólo fiscales, sino de desarrollo social, de probable disminución de recursos para infraestructura y la posible suspensión de proyectos de bienestar común, todo esto sumado a los sobrecostos que le acarrearía a toda la población la importación de hidrocarburos.
El gobierno anterior a través de su Ministro de Minas, anuncio en mayo que se incrementó el periodo de autosuficiencia de 5,1 años en el 2016 a 5,7 años en el 2017 y que podría mejorar al finalizar el 2018 (1). Sin embargo, esto no es suficiente, ya que el riesgo de desabastecimiento es latente y los precios pueden fluctuar de forma que se impacte negativamente esta tendencia, la cual en el último periodo fue conveniente para la administración al mantenerse en alza hasta llegar a valores entre los 60 y 80 dólares por barril de crudo Brent (referencia para el crudo colombiano desde 2011), teniendo en cuenta que el precio es un factor determinante en el incremento de las reservas actuales (2).
Ahora bien, el nuevo gobierno ha dado fuerza a un tema que es bastante polémico, y que ha generado reacciones en la comunidad en general, el cual es la explotación de yacimientos no convencionales a través del fracturamiento hidráulico (con uso de altos volúmenes de arena y agua) conocido generalmente como “Fracking”. Este asunto ha despertado el interés de la opinión pública, que reclama ahora la suspensión de dicha actividad, en ocasiones debido al desconocimiento de un proceso que puede ser técnica y económicamente viable; y que ejecutado con todos los protocolos de seguridad, puede generar soluciones de fondo al riesgo que afronta el país (3).
Se debe tener claro que en Colombia esta técnica no está cerca de su aplicación en forma generalizada, al menos no en el corto plazo. El país y su industria petrolera no cuentan con la infraestructura, los equipos y los insumos requeridos para su aplicación en forma inmediata a gran escala. En realidad este proceso se va a demorar algunos años para ejecutar los primeros proyectos económicamente viables. Por ahora, el gobierno y la industria cuentan con el tiempo suficiente para demostrar que la legislación técnica y ambiental existente es la adecuada, y que con el desarrollo de ingeniería óptima, este procedimiento puede generar oportunidades valiosas no sólo para las compañías, sino también para el gobierno y las comunidades, con un mínimo impacto, o al menos menor que otras industrias que conllevan mayor consumo de recursos hídricos en su práctica (4).
Es claro que debe haber una transición hacia las energías renovables, pero según estudios científicos, se ha demostrado que el petróleo no va a desaparecer en el mediano plazo como fuente de energía, es más, se pronostica que a futuro en el mundo, el gas se va a posicionar activamente en la generación energética, y en general, diferentes expertos estiman que entre 2023 y 2025 estarán los mayores picos de demanda de hidrocarburos; y que no obstante alguna baja en el consumo de los mismos, el efecto invernadero poco podrá reducirse o incluso podría llegar a aumentar, según los pronósticos menos alentadores (5).
Y entonces, ¿en qué escenario nos encontraremos los colombianos? Es hora de actuar; y al parecer la estrategia más efectiva será el recobro mejorado, que del año 2016 a 2017 permitió en gran medida aumentar el índice de reposición de reservas hasta un 138%, (incorporando por cada barril producido 1,38 barriles de reservas), ya que las metodologías de recuperación secundaria y terciaria (IOR y EOR por sus siglas en inglés), como mecanismos de recobro mejorado ahora se están aplicando en diferentes campos y tienen ventajas apreciables sobre el fracking, como es su bajo riesgo geológico, en algunos casos casi inexistente debido a la gran experiencia que nuestros ingenieros y compañías tienen en campos y cuencas maduras del país, de donde se extrae la mayor parte de los hidrocarburos en la actualidad.
Adicional a esto, está el desarrollo tecnológico generalizado a nivel mundial de la técnica que sumado a la disponibilidad de recursos para su aplicación, lo convierte en un proceso más eficiente, menos costoso y con menos atención popular para la apropiación de reservas, todo esto unido al desarrollo exploratorio para acceder a “near fields” adyacentes a los campos ya descubiertos, serán alternativas que generen resultados a corto plazo.
Es importante resaltar que mientras en Colombia el factor de recobro promedio se estima en un 20% o menos, este mismo porcentaje a nivel mundial ha alcanzado niveles promedio del 34%, y con la aplicación de tecnología de punta se ha llegado a valores incluso mucho más altos. Extrapolando al caso colombiano, el incremento del factor de recobro hasta los promedios mundiales puede traducirse en una apropiación adicional de reservas actuales de más del 50%, eso sí con la aplicación de ingeniería de punta y las buenas prácticas aprendidas en países líderes en su aplicación.
Una estrategia basada en el incremento del factor de recobro es muy importante no solo para la apropiación de reservas sino también en la generación de oportunidades laborales para los profesionales del sector, como lo comentó el representante de ECOPETROL en el FORO DE RECOBRO MEJORADO del SPETC 2018 en Medellín , “…si los proyectos de recobro mejorado planteados en el país por ECOPETROL se pueden ejecutar, se requerirá tal cantidad de ingenieros de Petróleos de los que no hay en oferta en este momento en Colombia para el desarrollo de este tipo de actividades….”, permitiendo la aplicación de la ingeniería colombiana en forma extensiva para optimizar los procesos de recobro que actualmente se plantean en el país.
El llamado a las compañías, y en general a los profesionales, debe ser al estudio profundo y la formulación de estrategias que permitan recuperar más eficientemente el crudo que ya hemos descubierto y sabemos dónde se encuentra almacenado, optimizar su recobro en porcentajes mucho mayores que los alcanzados hasta ahora. Esto debe involucrar al gobierno con políticas de apoyo a través de COLCIENCIAS, la ANH, ECOPETROL, ANLA y demás entidades relacionadas con el sector, la academia en sus etapas de formación, profundizando en las buenas prácticas y metodologías de avanzada en recobro mejorado, a las compañías con la aplicación de tecnologías de punta y a las comunidades apoyando el desarrollo en las regiones de este tipo de proyectos que de lejos lo que permiten es generar valor a todos los involucrados en la actividad petrolera, traduciéndose en beneficio para las regiones y sus habitantes.
Source: www.oilchannel.tv