Repsol ha culminado la integración de Talisman, la petrolera norteamericana que adquirió en 2015 por un total de 10.400 millones de euros. Desde entonces, la empresa se ha enfocado en integrar las dos estructuras empresariales para aprovechar unas sinergias que ya suman 2.400 millones, 300 millones más de los previstos originalmente. Una de las áreas que más trabajo ha exigido es la de exploración y producción de hidrocarburos, donde acaba de cambiar los criterios de contabilización de las reservas, anotándose 59 millones.
Repsol ha estado los últimos años mirando hacia dentro para extraer el máximo valor de sus activos -tras la compra tenían un perímetro de 44.000 millones-, tal y como ha repetido en numerosas ocasiones su consejero delegado, Josu Jon Imaz; pero ahora, según él mismo anunció durante la última Junta de Accionistas, «ha completado el ciclo que se inició con la adquisición de Talisman y con el Plan estratégico».
Por el camino ha superado hitos como una recompra de bonos por 1.500 millones, la recuperación de los activos en el Mar del Norte o la delimitación de los recursos de la adquirida en el megacampo canadiense de Duvernay, que Repsol decidirá explotar el año que viene.
La firma presidida por Antonio Brufau presentará la actualización de su Plan estratégico el próximo 7 de junio, siendo una empresa sustancialmente diferente, sobre todo en el área de exploración y producción de hidrocarburos: su éxito le ha valido que Standard and Poor’s le destaque por su capacidad para generar valor en un contexto de de volatilidad y bajos precios del crudo.
Repsol ya es una compañía básicamente gasista: el 63%o de su producción es de gas, al igual que el 74% de las reservas -unos 2.455 millones de barriles equivalentes-, con una tasa de reposición superior al 100%, se decir, encuentra hidrocarburos a un ritmo superior al que los produce. Esto le sitúa en una excelente posición para afrontar una transición energética en la que el gas tendrá un papel preponderante durante décadas, al ser el hidrocarburo que genera menos emisiones de carbono.
Cambio de criterio contable
Una de las guindas de la transformación del área de exploración y producción es la modificación de los criterios de contabilización de las reservas que aplica desde el 1 de enero: ahora confía en extraer más hidrocarburos que antes con las inversiones realizadas hasta la fecha.
El cambio, que afecta sobre todo a los recursos no convencionales de Talisman en Norteamérica, le ha permitido anotarse 59 millones de euros durante el primer trimestre del ejercicio.
En la jerga petrolera se considera que son reservas probadas aquellas que, con la información disponible en la actualidad, pueden ser explotadas con una probabilidad superior al 90%. Y se denomina reservas probables las que tienen una menor perspectiva de éxito, del 50%.
Repsol, de acuerdo con la experiencia adquirida en los últimos años, ha decidido convertir reservas probables en reservas probadas, con dos efectos contables en la amortización de estos activos: un incremento de las pérdidas de 26 millones y un incremento de los beneficios de 85 millones, lo que arroja un saldo neto positivo de 59 millones. La firma considera que este nuevo ratio de amortización ofrece un mejor reflejo del patrón de consumo de los beneficios económicos de los hidrocarburos no convencionales.
Miguel Martínez, director financiero de la petrolera, se refirió a este cambio en su intervención ante los analistas durante la presentación de resultados del primer trimestre del ejercicio y aclaró que había obtenido el visto bueno de su nuevo auditor, PwC, y del anterior, Deloitte.
Caja con el barril a 41 dólares
Repsol presume de generar breakeven -flujo de caja positivo- con el barril de petróleo cotizando por encima de los 41 dólares, algo que muy pocas petroleras pueden hacer. Y lo ha conseguido incluso con el barril cotizando por debajo de ese precio en algunos trimestres de los últimos años, como destacó Imaz durante la reciente Junta de Accionistas.
Hace apenas dos años su breakeven estaba en los 60 dólares por barril y su objetivo para el período 2018-2020 era situarlo en el entorno de los 45 dólares, algo ya superado sobradamente.
Source: www.eleconomista.es